¿Y por qué no parques?
Decenas de hectáreas de áreas verdes, canchas deportivas, juegos para niños… El Parque de La Carolina se hizo en los terrenos de lo que fue el primer aeropuerto de Quito.
Mi amigo Ricardo Mares es parapentista, y acaba de publicar esta notable foto de los terrenos del ex Cuartel San Martín, vendido hace poco a un grupo privado que desarrollará en el un enorme y comentado mega-proyecto.
Los que han tenido la suerte de visitar Quito, recordarán que la zona moderna de la ciudad tiene al centro el enorme y hermoso Parque de La Carolina. Decenas de hectáreas de áreas verdes, canchas deportivas, juegos para niños… El Parque de La Carolina se hizo en los terrenos de lo que fue el primer aeropuerto de Quito.
Vista parcial del Parque La Carolina, en Quito. Un pulmón en la ciudad.
Parque La Sabana. Enorme parque público el el mero centro del San José de Costa Rica.
Del mismo modo, los que han tenido la suerte de visitar San José en Costa Rica, recordarán que la zona moderna de la ciudad tiene al centro el Parque de La Sabana. Decenas de hectáreas de áreas verdes, canchas deportivas, juegos para niños… El Parque de La Sábana se hizo en los terrenos de lo que fue el primer aeropuerto de San José.
Aquí en Lima, nuestras autoridades tuvieron en algún momento esa preocupación por la ciudad y el bien común. En 1938, el antiguo Hipódromo de Santa Beatriz fue mudado a San Felipe, y en sus terrenos se levantó lo que hoy es el Campo de Marte, un verdadero pulmón para la ciudad.
Pero parece que por esa época no más se terminó el espíritu de buena ciudadanía. Cuando en 1960 se mudó el hipódromo a Monterrico, los terrenos del Estado ya no fueron usados para hacer parques, sino para hacer ministerios y también para construir ahí la Residencial San Felipe.
El 1965, el aeropuerto de Limatambo se cerró para dar paso al nuevo Jorge Chavez. ¿Se hizo un parque? No. Se urbanizó.
En 1981 se fue más allá: el Parque Zonal Tupac Amaru, un parque lindo, enorme y bien equipado, que tuve la suerte de conocer y usar en mis a;os de beisbolista, se entregó al IPD y hoy una parte la tiene la Federación Peruana de Fútbol. Es decir, no nos dieron un parque más sino un parque menos.
En el 2010, el Aeródromo de Collique fue vendido, no para hacer un parque, sino para urbanizarse densamente. Ese mismo año se vendió el Cuartel San Martín.
Se habla de que van a privatizar el Pentagonito, las Escuela Militar de Chorrillos y no sé cuánta cosa más…
En lo personal estoy completamente a favor de la privatización de los servicios públicos: ha dado excelentes resultados, ha generado grandes inversiones y todos estamos mejor con los servicios en manos de privados. Así que si quieren privatizar Sedapal… por mi, adelante.
Pero en lo que se refiere a los terrenos públicos, pienso distinto. Estos no deben ser vendidos nunca. Si alguna empresa quiere hacer un gran desarrollo, bienvenida sea, pero que empiece por invertir comprando terrenos privados. Los terrenos públicos, pueden cambiar de uso, pero deberían dedicarse únicamente para fines públicos: museos, escuelas, centros de convenciones, canchas deportivas, áreas culturales y -sobre todo- parques.
El menos malo.
De vacaciones por Costa Rica, me topé con una de las peores aberraciones publicitarias: la campaña de Fishman, un candidato a Presidente cuyo slogan es “El Menos Malo”. La primera prueba que pasa un candidato a Presidente es la de dirigir una campaña publicitaria. Ser capaz de hacer una buena campaña, con estrategias claras e ideas frescas presentadas coherentemente y con la calidad debida, es una muy buena señal.
En cambio, si dirige una campaña desordenada, con mensajes creados a ultima hora, sin ideas, ni estrategias... pues al elector -entrenado como está- lo huele y se pregunta ¿Si este candidato no puede con una campaña, cómo diablos dirigirá un Consejo de Ministros o un problema multi-nacional? (Me parece que algo así pasó con Lourdes en el 2005: no conozco los intríngulis, pero desde fuera se notó como la campaña se le fue de las manos junto con su oportunidad de ser Presidente del Perú.)
Ojo, pueden haber grandes gobernantes con pésimas campañas y viceversa, pero si revisamos veremos que es casi como una condición sine-qua-non: “dadme una buena campaña y seré Presidente”.
A cuidarse entonces de ciertos insensatos que apuestan a los anti-beneficios (si pues, de todo hay en esta viña del señor!) de esos que rebuscan la única debilidad de la marca para crear alrededor de ella una estrategia publicitaria que -supuestamente- hará que los consumidores estupidizados por el brillante sarcasmo y la aguda ironía se arrojen en masa sobre las góndolas (o las urnas).
Eso no existe. Más de un anunciante lo sabe en Perú y ahora también lo sabe Fishman en Costa Rica. Siempre debemos construir sobre beneficios, sean racionales, sensoriales o emocionales, pero beneficios al fin. La verdadera creatividad está en cómo los comuniquemos.
Es cierto que debemos mantener la cabeza abierta dentro de la agencia y explorar todo tipo de ideas, pero es labor del Director Creativo Senior -con su experiencia y criterio- filtrarlas y asegurarse que tanto su cliente como el público vean sólo la mejor de sus ideas, nunca... la menos mala.