Consultoría Creativa

Blog de Robby

En este Blog, Robby Ralston postea sus ideas personales y comparte los artículos que ha publicado a través de los años.
El blog existe desde desde el 2004.

Colabórame pe...

Desde hace aproximadamente una década, hay una palabrita súper de moda en el mundo empresarial: Colaboración

Hay toda una industria de software para ayudar a que los equipos de las empresas colaboren más eficientemente entre sí, con sus clientes y con los equipos de otras empresas; hay libros, videos, websites enteros, consultores y empresas especializadas en el tema… El planeta entero parece entender que trabajando en equipo se puede avanzar más y más rápido. 

Las empresas compartimentadas, en las que cada departamento actuaba como un feudo privado bajo los deseos personales del gerente de área, ya son historia. Para el nuevo liderazgo, la tendencia es clara: hacer que toda la empresa colabore detrás del propósito general, que se unan en mesas de trabajo conjuntas en las que equipos interdepartamentales trabajan reunidos y al unísono, para diseñar mejores soluciones, para levantar todas las barreras, para alcanzar objetivos comunes de la manera más ágil posible. 

Hay un sólo entorno en donde la palabra Colaboración es un pecado: la política. 

Para un político ser tildado de “colaborador” es equivalente a una mentada de madre. 

Para un político, mucho más cool es ser opositor. Muy erradamente, nuestros políticos juegan a estar en siempre en contra, a obstruir, a protestar, a interpelar, a acusar, a frenar todo lo que sea posible frenar. Creen que eso es lo que esperamos de ellos. Y están recontra-equivocados. 

Estamos hartos de la confrontación inútil, de los pleitos inconducentes y de la nula productividad de nuestro congreso. Decepcionados por su falta de visión, ideas y compromiso con el bienestar. De su incapacidad de colaborar, de ponerse de acuerdo, de jugar en equipo. Si el Congreso fuera una empresa los despediríamos a todos. Y eso -exactamente- fue lo que hicimos con el último parlamento.

Esperemos que este nuevo congreso que elegimos hoy, de gente más joven y fresca, entienda que la mejor manera de lograr algo -en los poquísimos meses que tienen- es colaborar. Colaborar entre ellos. Colaborar con los municipios y los gobiernos regionales. Colaborar con la fiscalía y el poder judicial. Y colaborar también con el Presidente y el Poder Ejecutivo. 

Si encuentran algo con lo que no están de acuerdo, sólo háganse a un ladito y no participen.

Pero en la medida de lo posible, COLABOREN… y dejen que el país avance.