Colabórame pe...
Sobre cómo nuestros políticos repudian la palabra más de moda en el mundo empresarial: COLABORACIÓN.
Desde hace aproximadamente una década, hay una palabrita súper de moda en el mundo empresarial: Colaboración.
Hay toda una industria de software para ayudar a que los equipos de las empresas colaboren más eficientemente entre sí, con sus clientes y con los equipos de otras empresas; hay libros, videos, websites enteros, consultores y empresas especializadas en el tema… El planeta entero parece entender que trabajando en equipo se puede avanzar más y más rápido.
Las empresas compartimentadas, en las que cada departamento actuaba como un feudo privado bajo los deseos personales del gerente de área, ya son historia. Para el nuevo liderazgo, la tendencia es clara: hacer que toda la empresa colabore detrás del propósito general, que se unan en mesas de trabajo conjuntas en las que equipos interdepartamentales trabajan reunidos y al unísono, para diseñar mejores soluciones, para levantar todas las barreras, para alcanzar objetivos comunes de la manera más ágil posible.
Hay un sólo entorno en donde la palabra Colaboración es un pecado: la política.
Para un político ser tildado de “colaborador” es equivalente a una mentada de madre.
Para un político, mucho más cool es ser opositor. Muy erradamente, nuestros políticos juegan a estar en siempre en contra, a obstruir, a protestar, a interpelar, a acusar, a frenar todo lo que sea posible frenar. Creen que eso es lo que esperamos de ellos. Y están recontra-equivocados.
Estamos hartos de la confrontación inútil, de los pleitos inconducentes y de la nula productividad de nuestro congreso. Decepcionados por su falta de visión, ideas y compromiso con el bienestar. De su incapacidad de colaborar, de ponerse de acuerdo, de jugar en equipo. Si el Congreso fuera una empresa los despediríamos a todos. Y eso -exactamente- fue lo que hicimos con el último parlamento.
Esperemos que este nuevo congreso que elegimos hoy, de gente más joven y fresca, entienda que la mejor manera de lograr algo -en los poquísimos meses que tienen- es colaborar. Colaborar entre ellos. Colaborar con los municipios y los gobiernos regionales. Colaborar con la fiscalía y el poder judicial. Y colaborar también con el Presidente y el Poder Ejecutivo.
Si encuentran algo con lo que no están de acuerdo, sólo háganse a un ladito y no participen.
Pero en la medida de lo posible, COLABOREN… y dejen que el país avance.
¿En serio necesitamos un Congreso en el Siglo XXI?
La idea de tener representantes ilustres de las distintas regiones de un país conversando y proponiéndole leyes al Rey pudo haber sido una idea revolucionaria y brillante en 1188, cuando surgieron las Cortes de León, pero ya no lo es.
No sólo las empresas necesitan un área de innovación, también los países.
Todo ha cambiado en el mundo, salvo nuestras instituciones de Gobierno. Y entre ellas, la que me parece más obsoleta de todas es el Congreso.
La idea de tener representantes ilustres de las distintas regiones de un país conversando y proponiéndole leyes al Rey pudo haber sido una idea revolucionaria y brillante en 1188, cuando surgieron las Cortes de León, pero ya no lo es.
- ¡Hostias tío! ¡Pero disolver las Cortes nos haría volver al completo absolutismo! ¿Cómo haríais para que el supremo Monarca escuche las vastas necesidades de nuestra distante región si eliminaseis a sus ilustres representantes?
- Errr… ¿Facebook?
Aceptémoslo: casi un milenio después, no existe un Rey y nuestros congresistas son cualquier cosa menos ilustres.
130 políticos cargados de ideologías y consignas partidarias en realidad no representan a nadie, salvo a sí mismos y a sus propios intereses.
Constituyen además un órgano lento, oscuro, corrupto y extremadamente caro para el país. ¿Alguien recuerda una buena ley que haya dado nuestro Congreso? Seguramente habrá alguna, pero a mi no se me viene a la cabeza.
No asocio la palabra Congreso a mejores leyes y mejor gobierno, sino a escándalos, corrupción y pleitos completamente improductivos.
Caro Congreso.
A los peruanos, los escandaletes de nuestro caro Congreso nos cuestan aproximadamente US$200 millones anuales, redondeando.
Eso quiere decir que mantener “trabajando” a cada uno de los 130 caros Congresistas nos sale costando más o menitos US$1.5 millones anuales por cabeza.
- Y si lo divides entre las 95 leyecitas que hicieron en el 2016…
- Cada ley nos cuesta US$2.1 millones!
- Oye flaco, en mi Estudio de Abogados te escribo cualquier ley en 20 días, por 100mil dolaretes… y con reglamento incluido de yapa!
La Alternativa Digital.
Einstein definía la Demencia: repetir una y otra vez el mismo procedimiento y esperar un resultado distinto. Los peruanos debemos estar bastante dementes. Si de verdad esperamos un resultado distinto, tenemos que cambiar.
En la era digital en la que vivimos, cada uno de nosotros se hace escuchar diariamente sin necesidad de Congreso alguno, a través de Facebook, Twitter, Linkedin y los comentarios que ponemos en El Comercio, La República, RPP y cuanta página hay por ahí.
En realidad, en la era digital no necesitamos que nadie nos represente, porque podemos hacerlo nosotros mismos.
Podemos opinar cada que queramos respecto a cualquier tema, e incluso podríamos votar y hacer plebiscitos a cero costo para el Estado cada que lo consideremos necesario.
Nuestro Congreso nos cuesta US$1,000 millones por los 5 años para los que fue elegido... ¡Imaginen el maravilloso sistema de democracia digital que podríamos construir con una fracción de ese dinero!
Hagamos un wishlist para el sistema (o un backlog para ponerlo en lenguaje Agile):
- Que cualquiera pueda proponer el borrador de ley
- Que todos puedan opinar
- Que todos puedan votar respecto a los borradores
- Que los borradores aprobados se tercericen para la confección de la ley final y el reglamento
- Que se pueda votar nuevamente respecto al trabajo final.
- Que cualquier pueda proponer proyectos para su región
- Que cualquier pueda opinar sobre esos proyectos
- Que se pueda votar sobre esos proyectos
- Que el sistema priorice esos proyectos en función a votos y recursos disponibles
- …
No es nada complicado. Resultaría bastante parecido a cualquier red social.
Beneficios inmediatos:
- Los lobbys bajo la mesa se acaban. Los empresarios tendrán que plantear sus ideas al país en pleno y convencer a la mayoría de peruanos respecto a sus iniciativas.
- Nos ahorramos US$1,000 cada 5 años.
- El foco de la discusión estaría puesto en propuestas y no en vendettas.
- Los noticieros y medios ya no tendrían que estar cubriendo todos los días los pleitos improductivos del los congresistas.
- 130 Congresistas tendrían que ir a trabajar en empleos reales, y en una de esas, alguno de ellos termina haciendo algo bueno para el país.
Democracia Digital.
Lo que planteo es sólo un garabato de idea. Obviamente hay muchísimos detalles que pulir y discutir, pero estoy seguro que en las próximas décadas todos los países del mundo tendrán algún tipo de sistemita de democracia digital como el que esbozo. De hecho ya hay muchos trabajos por ahí avanzando sobre este tema: E-Democracy , Democracia DigitalDemocracia Digital: próximos pasos
Es que no podemos vivir en el siglo XXI como si aún estuviéramos en la Época Republicana, cuando no existía el telégrafo, la radio, la televisión y menos la Internet. Hoy estamos conectados y eso lo cambia todo.
Estamos obligados a evolucionar, a mejorar nuestra democracia, a legar a nuestros hijos un mejor sistema que el que heredamos nosotros.
- Interesante tío. Pero lo que propones es imposible...
- ¿Por qué, sobrino?
- Porque los que tendrían que aprobar un cambio así, son los mismos congresistas…
- Y otorongo no come otrorongo… Cierto.
La puntita nomas vs. Del lobo un pelo
Nadie cree en la promesa de la puntita nomás, porque ningún hombre, mujer o gay ha sido capaz de cumplirla jamás.
Para empezar debo declarar que después de haber conocido a bastantes homosexuales a lo largo de todos estos años, he llegado a la sesuda conclusión de que son seres humanos.
Si, yo sé que hay muchos a los que les parecen bichos raros que deberíamos encerrar en alguna lejana reserva natural para que nuestros hijos sólo se enteren de sus cochinadas cuando ya sean grandes, a través de algún documental de Discovery, pero no… estoy segurísmo de que son miembros del género humano y además súper parecidos al resto de nosotros: los hay buenos, los hay malos; los hay simpáticos, antipáticos; los hay idiotas y también brillantes.
Y entonces, por pura consecuencia con mi revolucionaria conclusión, yo pienso que los homosexuales se merecen toditititos los derechos que nos merecemos los demás seres humanos. No hay otra opción posible. Es cuestión de tiempo no más, pero tiene que darse.
De hecho -ya lo dije por ahí en algún tuit- negarle sus derechos a los homosexuales me parece la peor de las mariconadas.
La Puntita Nomás.
Hecha esta aclaración, quiero darle vueltas a la estrategia con la que todo este tema ha sido planteado en el Congreso, porque pienso que hay algunos errores grandes que no deberían repetirse si de verdad quieren que este tema prospere.
En mi humilde y heterosexual opinión, el principal error cometido me parece que es el de haber elegido la estrategia de “La puntita nomás”.
Me imagino las largas discusiones que habrán tenido antes de tomar la decisión. Seguramente hubo un grupo radical que pedía que fueran a pelear por todos sus derechos y otro grupo más calculador que proponía restringir la discusión -por ahora- sólo al tema de los derechos civiles de las parejas. Al final triunfó esta última posición y así fue que se propuso la ley de la Unión Civil.
“Esto no es matrimonio, esto no se trata de adoptar niños, sólo se trata de los derechos de la pareja homosexual en caso de que el otro muera o se divorcien, de eso y de nada más, de verdad lo decimos, no se preocupen, somos sinceros, palabra de gay, cross my heart, sólo un poquito… la puntita nomás.”
¡El bullshitómetro de los conservadores debe haberse disparado hasta las nubes!
Nadie cree en la promesa de la puntita nomás, porque ningún hombre, mujer o gay ha sido capaz de cumplirla jamás. Seguramente algún maestro yogi majarichi cultor del autocontrol lo habrá logrado, pero la mayoría de las personas sabe que después de la puntita, todo lo demás viene de sopetón, sin tiempo para ni para darse cuenta! Por eso cuando cualquiera huele una promesa que viene con esas intenciones (en los negocios, en los créditos que ofrecen los bancos, en los amores, en el Congreso…) prefiere protegerse y abstenerse del todo.
Y eso es lo que pasó. “Mmmm… ¿Sabes qué? Algo no me suena… Mejor no compadre… Veámoslo después, ya?” Y el proyecto se fue al archivo.
La pregunta del millón es ¿por qué pelear por la puntita nomás si lo que de verdad quieren y realmente se merecen es el todo? He ahí la cuestión. El camino de la puntita nomás no es muy transparente y genera muchos recelos. Y es que todo lo que se hace a escondidas, por lo general, no es bueno. O quizás es buenísimo, quién sabe, dime tú, pero es socialmente condenado.
Del lobo, un pelo.
Yo pienso que -estratégicamente- debieron elegir ser exageradamente transparentes y poner sobre la mesa TODO el tema homosexual y reclamar TODOS sus derechos.
Si los esclavos hubieran pedido libertad sólo para el fin de semana, seguramente todavía los venderían en subastas. Si las mujeres hubieran pedido votar sólo en las distritales, todavía no podrían ser socias del Regatas. Como se trata de un asunto muy serio, la lucha por los derechos no puede ser a medias, debe ser total.
Y para eso hay que hablar clara y abiertamente.
Hay un montón de consecuencias lógicas en esto de reconocer derechos civiles a los homosexuales que no son para nada obvias ni conocidas y que bien harían en comenzar a difundir, explicar, discutir y argumentar desde ya. De hecho yo mismo -que principistamente estoy a favor del tema- no estoy para nada claro respecto a todo lo que se viene después y de verdad me gustaría que mis congresistas, la prensa y los propios activistas homosexuales hablen un poco más abierta y profundamente acerca del futuro.
Me llegó por ahí este video que es claramente de oposición y que sataniza lo que han vivido algunos países europeos que ya avanzaron por esa senda. Seguramente es bastante exagerado, pero entre todo lo que dicen hay temas importantes que deberíamos conversar desde ahora.
Al ladito de ese encontré este otro video (en inglés) de un pata australiano mucho más mesurado y tranquilo, pero que también enumera un sinfín de consecuencias que ya se ven en todo el mundo.
¿Educación multi-género de los niños en las escuelas primarias? ¿Baños para cada género en lugares públicos y oficinas? ¿Prisión y multas para los que opinen en contra? ¿Prohibición de distribuir Biblias por ser un libro homofóbico? ¿Obligatoriedad de bodas gay incluso en las iglesias que se oponen? Hey! Hey! Hey! Un ratito!!
O sea… quizás así tengan que ser las cosas… pero como así sin ni siquiera un besito... por lo menos hablémoslo primero, no?
Hasta a un creativo bastante ateo y liberal como yo le es difícil aceptar todos esos cambios así… de rancancún y sin aviso. ¡Imagino el mambo cerebral que puede darse en la cabeza de los más religiosos y conservadores y el porqué se oponen tanto! Racionalmente yo entiendo que el mundo va para allá y que quizás las cosas tienen que ser así, pero sinceramente no me es fácil, tengo que hacer un esfuerzo en cosas como -por ejemplo- la educación de los niños. A mi me falta saber más y entender más, para luego aceptar más; pero seguramente Phillip Butters va a salir con una metralleta cuando se entere!
Y ese es el punto. Para mi esa es la discusión que hubieran tenido que llevar al Congreso. Exponer el tema con claridad, con amplitud, con casos, con datos, con visión de futuro y proponer un plan que resuelva TODO el tema completo de los derechos de los gays, lesbianas, transgénero y todas las variantes existentes. El país merece estar debidamente informado de lo que viene después de dar el primer paso, para que cuando sea el momento, la gente (especialmente la más religiosa, tradicionalista y conservadora) haya tenido tiempo para rumiar y digerir los grandes cambios que todo esto implica. (Igual algunos van a vomitar bilis color arcoíris, pero habrá que ser tolerantes también con ellos.)
Esa debió ser la estrategia. Seguramente el camino de ir por el TODO era más espinoso, claro, pero si la discusión hubiera ido por este camino macro, el tema de los derechos de las parejas se hubiera convertido inmediatamente en un tema micro, y muy posiblemente hubieran podido conseguirlo al toque, en la primera negociación.
No tendrían que empezar todo de cero, como ahora. Hubieran chapado del lobo, un pelo, y hubieran quedado en una inmejorable posición para seguir avanzando en lo que seguramente va a ser una larga (ahora aún más larga) lucha.