Consultoría Creativa

Blog de Robby

En este Blog, Robby Ralston postea sus ideas personales y comparte los artículos que ha publicado a través de los años.
El blog existe desde desde el 2004.

Mordisquito de Discépolo. Creatividad radial para redactores. 

Lo descubrí como se descubren las cosas en la Internet, de pura casualidad. Resulta que Fito Paez puso un post recomendando “5 películas para pasar la cuarentena” y entre ellas habló muy bien de El Hincha con Enrique Santos Discépolo. 

Discépolo… ese nombre me sonaba muchísimo. Siempre aparecía en la conversaciones de mi viejo o en las charlas con mis amigos argentinos. Discépolo… Ok, veamos El Hincha y conozcamos de una vez al famoso Discépolo. 

Encontré la película completa en Youtube. Es una comedia divertida y sanita de 1951, en blanco y negro, que cuenta la historia de un fanático de fútbol de esos que sólo se ven en Argentina. El protagonista era un flaco narigonzísimo, muy simpático. Era él: el famoso Discépolo.

Dándole una agüeitadita a los comentarios descubrí que elogiaban a “Discépolín” por la letra y música de sus tangos: Cambalache, Uno, Yira Yira… Wow! Yo no sé nada-nada de tangos… pero esos títulos son clásicos y sí los conocía!

Entendí entonces que me había topado de chiripa con un tipo que tenía sólo una cosa más grande que su nariz: su genio creativo. Eso me llevó a Wikipedia y a decenas de paginas y videos sobre la vida interesante, gloriosa y trágica de este personaje. En cortito: de clase baja, huérfano de mamá a los 6, de papá a los 9; queda a cargo de su hermano mayor. A los 16 actúa por primera vez en el teatro, a los 17 escribió sus primeras 4 obras, a los 24 su primer tango… y de ahí ya no paró hasta que murió a los 50. 


La Estrategia y la Creatividad Radial de Discépolo.

El tipo es parte de la historia musical, teatral y fílmica argentina, pero siendo yo publicista lo que más me enganchó de él fue una campaña publicitaria radial que hizo en los 50s: Mordisquito.

Aclaro: no es publicidad comercial ni ganaría ningún Cannes. En realidad es un trabajo de propaganda política, pero con una estrategia, un enfoque y una redacción… que me parecen realmente fuera de lo común. 

Historia Breve: Resulta que por casualidades de la vida, estando Discepolín en Chile había conocido a Perón & Evita y terminaron muy amigos. Perón llega a Presidente y para su reelección se organiza una campaña radial con los celebrities de la época. Muchos artistas participaron, les escribían los guiones y ellos daban su testimonio. Pero Discépolo no aceptó eso: se hizo sus propios guiones y creó una potentísima campaña de monólogos de 5 ó más minutos que se trasmitían cada noche a las 8PM.

¡Fueron un boom! Hasta sus enfurecidos rivales políticos los escuchaban. Y cuando les preguntaban que por qué diablos escuchaban a Discépolo, ellos respondían: “Es que es son MUY buenos!” 

Tras el triunfo, Perón llegó a decir: “Ganamos gracias al voto de las mujeres… y a Mordisquito”. Pero no todo fue feliz; muchos de los amigos de Discépolo lo trataron muy mal por su abierta opción política de izquierda, le hicieron la ley del hielo, lo abandonaron, amenazaron, humillaron y agredieron de mil formas. Discépolo, un tipo dulce y sensible, murió pocos meses después del último programa; dicen que murió de pena. 


El planteamiento creativo. 

Para ubicarse con el entorno político argentino de los 50s:
Perón era de izquierda y sus rivales representaban a la oligarquía tradicional de derecha.
Las cosas en esa época ya venían mal para la Argentina que había dejado de ser la nación más rica del mundo justo en esas décadas, con gobiernos de derecha que no supieron manejar las crisis.
El primer gobierno de Perón lanza muchas reformas pro-clase trabajadora y apoya decididamente a los sindicatos. Es de entender que la derecha estaba furiosa con Perón y no quería para nada su re-elección.

Discépolo titula sus programas “Pienso y digo lo que pienso.” 

Inventa un personaje al que le dirige sus monólogos. Un amigo de derecha al que bautiza “Mordisquito”. Y empieza a hablarle a él, de forma extremadamente personal, como si estuviese presente ahí a su lado, tomándose un café y charlando de política. 

Lo notable y brillante para mi es el tono amical y cariñoso de los monólogos. Normalmente las conversaciones políticas entre alguien de derecha y alguien de izquierda son tensas y hasta violentas. Discépolo se aleja totalmente de ese camino. Trata a Mordisquito como un amigo, alguien cercano a quien respeta y aprecia, pero que por su condición privilegiada no logra entender ni valorar los cambios sociales que Discépolo -por ser de pueblo- sí entiende bien.  Discepolín es extremadamente paciente y hasta cariñoso para explicarle las cosas a Mordisquito. A ratos se ríe con él, pero nunca de él. A ratos, también se pone firme y serio, pero nunca agrede. Sólo expresa, sólo hace poesía sobre los cambios que su país está viviendo y trata de hacer que Mordisquito deje su rol de contreras y acepte lo positivo de los tiempos que se vivían.

Y esa, así de simple, es toda la idea.

Claro, cada guión es una joyita en sí mismo y está además la interpretación de Discépolo que es realmente magistral. Encontré por ahí varias reproducciones de otros artistas… pero no es lo mismo, el tipo era un crack!

Casi como tiro de gracia, se encarga de llegar -en algún momento del texto- a esa frase tan argentina: “A mi no me lo vas a contar…” que es como un guiño memorable entre amigos hablando de fútbol, de política o de la vida. Notable de verdad.

Links y PDF

Parece que no han sobrevivido grabaciones de todos los monólogos (al menos no las encontré) pero comparto unas cuantas que dan una clara idea de lo que logró en esas semanas.

Debe haber sido realmente impactante escucharlo cada noche en el radio a tubos de la sala. Y deben haber sembrado más de una duda en la mente de los simpatizantes de Mordisquito y los independientes, porque resulta que Perón fue reelecto con nada menos que el 62% de los votos.

Y desde aquí pueden bajar un PDF con todos los textos de la campaña. 


BONUS TRACK: 

La letra de Cambalache, que sigue siendo tan vigente y universal como en 1934.

Que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé, 
en el quinientos seis 
y en el dos mil también; 

que siempre ha habido chorros, maquiavelos y estafáos, 
contentos y amargaos, 
valores y dublé. 

Pero que el siglo veinte 
es un despliegue de maldad insolente 
ya no hay quien lo niegue, 

vivimos revolcaos en un merengue 
y en un mismo lodo 
todos manoseaos.

Hoy resulta que es lo mismo 
ser derecho que traidor, 
ignorante, sabio, chorro, 
generoso, estafador. 

¡Todo es igual, 
nada es mejor, 
lo mismo un burro que un gran profesor! 

No hay aplazaos ni escalafón, 
los inmorales
nos han igualao... 

Si uno vive en la impostura 
y otro roba en su ambición, 
da lo mismo que si es cura, colchonero, 
rey de bastos, caradura o polizón.

¡Pero que falta de respeto, 
qué atropello a la razón!
¡Cualquiera es un señor, 
cualquiera es un ladrón! 

Mezclaos con Stavisky 
van don Bosco y la Mignon, 
don Chicho y Napoleón, 
Carnera y San Martín. 

Igual que en la vidriera irrespetuosa de los cambalaches 
se ha mezclao la vida, 
y herida por un sable sin remache 
ves llorar la Biblia contra un calefón.

Siglo veinte, cambalache, problemático y febril, 
el que no llora no mama 
y el que no afana es un gil. 

¡Dale nomás, 
dale que va, 
que allá en el horno nos vamo a encontrar! 

¡No pienses más, 
sentate a un lao, 
que a nadie importa si naciste honrao! 

Es lo mismo el que labura 
noche y día como un buey 
que el que vive de los otros, 
que el que mata 
que el que cura
o está fuera de la ley.