Asu Mare! Qué tal marketing!
Yo las películas las divido en sólo 2 géneros: el género me gusta y el género no pasa nada.
Anoche fui a ver ASU MARE. Qué mostra película! Qué entretenida!
No soy crítico de cine ni nada por el estilo, así que no esperen opiniones más elaboradas, yo las películas las divido en sólo 2 géneros: el género me gusta y el género no pasa nada. Como es lógico de suponer, cada uno de estos géneros en bien amplio: en el género me gusta pueden entrar Duro de Matar 5, Media Noche en Paris, Buscando a Nemo y un montón de films aparentemente inconexos. Y lo mismo pasa con el género no pasa nada.
ASU MARE entra de lleno en el género me gusta. Me hizo reír. La pasé bien en el cine y salí contento y comentando. Supuse que porque soy apenas 2 años mayor que Cachín me identificaba especialmente con todo lo caricaturizado ahí, pero en verdad la sala estaba llena de bote a bote con público de todas las edades y todos se carcajeaban de lo lindo, así que no es por edad: la peli es buena y punto.
De lo que sí puedo comentar un poquito más es de Marketing y ASU MARE es una lección en ese tema, en especial para muchos directores y productores de cine que no toman en cuenta al público a la hora de hacer sus películas. Nunca he entendido cuando piden “apoyo estatal para el cine peruano” o cuando se quejan de que “las salas sólo exhibieron la película 10 días”. Cada que escuchaba esas cosas pensaba en porqué diablos el Estado o los dueños de salas tendrían que subvencionar un trabajo mediocre, que si hicieran bien su chamba, si hicieran películas pensando en el entretenimiento del público en lugar de la fama artística-intelectual-personal, si se dignaran a testear sus películas antes de exhibirlas, si hicieran una buena comunicación previa al lanzamiento (entre muchas otras tareas de marketing para principiantes) las salas podrían estar llenas por mucho tiempo y ellos podrían ganar muy buen dinero. ASU MARE es una demostración de que esto que me parecía lógico, es perfectamente posible.
Lo que los creadores de ASU MARE han descubierto -con mucho sentido común- es que hay un público muy muy grande, enorme en verdad, que busca entretenimiento puro y duro, que busca ir al cine a pasar un buen rato y a reírse a pata suelta, y que en el Perú ese segmento de público es mucho, muchísimo más grande que el que busca el drama social, la crítica al sistema, el retrato inspirado de la desesperanza nacional y latinoamericana y tantos otros temas tan “importantes” como aburridos y deprimentes. Y es muy entendible: oye, si los programas periodísticos y los diarios están llenos de esos temas… para qué voy a pagar para deprimirme más! Si chambeamos como burros de lunes a viernes, cuando vamos al cine buscamos escapar y entretenernos, sea con una comedia, con un romance, con una película de acción o aventura… Claro, claro, claro, existe también un segmento al que le interesa el cinema-intelectual, un grupo de personas que puede conversar y polemizar durante horas de horas sobre el interesante punto de vista del Director sobre un tema tan importante para la sociedad… pero no hay que ser un genio para saber que ese segmento es realmente enano y que cualquiera que haga una película para ese segmento pierde el tiempo quejándose de la falta de apoyo del Estado y los cines, y más bien tendría que darse con una piedra en el pecho si las salas le regalan un fin de semana en su agenda.
Me imagino a los que hicieron ASU MARE en la disyuntiva… “a ver, o seguimos lo que nos enseñan Hollywood y Bollywood, o seguimos la onda intelectual-latino-europea. En la primera podemos ganar buen dinero, en la segunda tenemos que poner el dinero nosotros o buscarnos un mecenas.” O quizás fue más simple aún y sólo dijeron “vamos a divertirnos y hacer una película para matarnos de risa.” Cualquiera haya sido el proceso, el hecho es que la achuntaron de medio a medio, sobre todo en este momento en el que el peruano promedio que puede pagar una entrada de cine está bastante contento y optimista: una película de puro entretenimiento ha sintonizado perfectamente con el mood que vive la clase media peruana.
Bien por ellos! 150,000 personas en el primer día de exhibición! Fantástico! Me alegra un montón por un tipo tan bacán como Cachín y todo su equipo. Ojalá que verdaderamente ganen una montaña de dinero, para que puedan animarse a seguir, a invertir y hacer cada vez más y mejores películas del genero… me gusta!
Tremendo juez y de tremenda corte.
En algún momento del 2011, recibí una llamada de Eric Jurgensen de América Televisión, invitándome a ser parte del primer Tribunal de Ética de la Sociedad Nacional de Radio y Televisión. Con todo el trabajo que tengo en el día a día, debo confesar que mi primera reacción fue la de inventar cualquier excusa para escapar de la invitación, pero a medida que avanzaba la conversación fui pensando que muchas veces yo mismo he visto en los medios contenido que en mi opinión viola los derechos de nosotros el público, así fui convenciéndome mientras escuchaba a Eric, de que si yo mismo quería mejores medios para mi, mi familia y mis anunciantes, participar de este esfuerzo podría valer el esfuerzo. Aunque significara más trabajo. Aunque significara más trabajo y ad-honorem además!
También debo admitir, que en cierto momento dudé de que este fuera un esfuerzo serio y sospeché (todo mal pensado yo) que más bien pudiera tratarse de un "saludo a la bandera", del cumplimiento de un requisito técnico para que la SNRTV protegiera legalmente a sus asociados. "Ah no... si me llegan a tener de títere, renunció" -pensé- pero las palabras de Eric de verdad sonaban sinceras: había llegado el momento de dar una señal de mayor madurez y tener un tribunal independiente al que puedan someterse los casos en última instancia.
Finalmente acepté sin hacerme de rogar, y desde entonces conformo este Tribunal en conjunto con Luis Otoya (Otoya y Asociados) y Adrián Simons (Simons Abogados), 2 comunicadores y un hombre de leyes. Debo admitir que el trabajo ha sido intenso e interesantísimo, y que -pasada la agotadora lectura de los extensísisisimos "files" con las argumentaciones y contra argumentaciones de los acusados y acusadores- el debate con Lucho y Adrián es verdaderamente enriquecedor, siempre orientado en favor del bien común y siempre por encima los múltiples tecnicismos o leguleyadas con las que los abogados de las partes intentan orientar nuestro juicio. También debo decir que nunca, pero NUNCA, hemos recibido ninguna presión por parte de los medios: nos han dejado ser totalmente independientes en nuestro accionar, aún cuando en muchos de los casos que han llegado hasta nuestra instancia el fallo les ha sido adverso.
Y todo esto viene a colación del artículo que adjunto, publicado en la revista ANDANEWS por Miriam Larco de CONCORTV. Al parecer ella ya ha empezado a notar el cambio, ese cambio que la SNRTV buscó al formar el Tribunal de Ética: encaminarnos a tener medios más libres y al mismo tiempo más justos y más responsables con la sociedad.
Publicidad por si las moscas.
Para atraer visitas hacia el stand de su cliente -Eichborn- en la Feria del Libro de Frankfurt, a la agencia alemana de Jung von Matt/Neckar se le ocurrió colgarle un banner ultra ligero a 200 moscas y soltarlas a hacer su trabajo.
El banner se pegó con una cera natural que se despegaba sola después de un rato, así que ninguna mosca fue dañada en la realización de este comercial. Eso libera a los autores de cualquier cargo criminal, pero no de hacer trabajar a estas moscas sin pagarles nada a cambio. Esclavistas!
Siempre podremos más.
Llegaron los talk shows a Lima. De pronto vemos parejas ventilando sus asuntos en público, agarrándose de las mechas; un esposo, su esposa y el amante a puñetazo limpio. Nunca veremos nada más bajo en TV.
Poco después, Laura Bozzo logra que -por unos dólares- una mujer le lama las axilas a un desconocido. Definitivamente nunca veremos nada más bajo en TV.
Veinte jóvenes de ambos sexos se encierran semanas en una casa. Los filman día y noche, peleando, traicionándose, bañándose, haciendo el amor con uno primero, con otro a la semana siguiente. Ahora si… ya nunca veremos nada más bajo en TV.
Recientemente en los dibujitos animados Happy Tree Friends, Toothy, un tierno castorcito morado con nariz rosada en forma de corazón, camina por el bosque con un chupete en la mano. Tropieza, el chupete se le mete en el ojo y al tratar de sacárselo su ojo sale disparado hasta la rama de un árbol. El ojo está aún unido al castor por el nervio óptico, así que él sube para recuperarlo. Cuando llega arriba, un pajarillo se posa en la rama y empieza a picotear el ojo. El castor cae y queda colgado del nervio óptico. Grita de dolor. Trata de subir por esa especie de liana sangrante, pero resbala. La gravedad vence: el cerebro del castor sale por la cuenca ocular. El bicho queda descerebrado y -desde lo alto- el pajarito le caga encima. Lo juro po-mi-mare… nunca veremos nada más bajo en TV!
He dejado de juzgar a los que hacen estos programas, pues sus altísimas audiencias indican que la gente los adora. Mi teoría es que ante el bombardeo de información las fórmulas tradicionales se están agotando y el televidente -cansado de que la doméstica mexicana se case por quincuagésima vez con el patrón- anda en busca de estímulos cada vez más bizarros.
La pregunta del millón: si para allá va la programación, para dónde tiene que ir la Publicidad, que siempre ha sido la porción más innovadora y audaz de la pantalla. ¿Jugarán las marcas tradicionales este partido? Las marcas nuevas, seguramente lo harán.
Anteayer proyectaron “Jackass” en el cable a eso de las 8 PM. En la última secuencia, el protagonista se inserta un carrito de juguete en el recto; va donde un doctor a contarle que se había pasado de tragos, que no recordaba nada, pero que le dolía. Le toman una radiografía y todos se divierten con el sorprendido doctor que descubre el autito en los intestinos del paciente. Toma final: primer plano del carrito luego de ser expulsado, en el piso del baño cubierto de excremento. ¿Alguien se anima a decir que esto será lo más bajo que veamos por televisión? Yo ya no.